Muchos lectores recordarán haber atendido un llamado a la puerta y encontrarse con dos testigos de Jehová. Es probable también que alguna vez los hayan visto en algún espacio público de la ciudad, junto a pequeños exhibidores de revistas. En muchos sitios formaron durante años parte del paisaje urbano. No obstante, todo eso cambió desde que comenzó la pandemia.
¿QUÉ MOTIVÓ TAN IMPORTANTE CAMBIO?
“Ha sido una decisión
deliberada que ha tenido como objetivo
cuidar la salud de todos y colaborar con las autoridades sanitarias en contener
la propagación del virus, dijo Luciano
Cardinaletti, portavoz de los Testigos de Jehová. Y agregó: “Como entendemos que, en
estos tiempos difíciles, el mensaje de la Biblia puede ser de mucha ayuda,
hemos utilizado otros medios para contactar a las personas como mensajes
electrónicos, cartas y llamadas telefónicas”.
Por ejemplo, algunos Testigos se han comunicado con familiares y amigos
distantes, enviándoles enlaces a artículos de su sitio oficial, JW.ORG, que contienen sugerencias para afrontar el aislamiento, la depresión y la fatiga pandémica.
¿VALIÓ LA PENA REINVENTARSE?
Muchos fieles han visto en los métodos alternativos varias
ventajas. Por ejemplo, Testigos con movilidad reducida o problemas de
salud, hacen llamados para dar ánimo a sus vecinos desde la seguridad de sus
hogares. Otros, que disfrutaban mucho de realizar visitas presenciales, han
hallado en estos métodos una manera de seguir ocupados en una tarea útil
durante el confinamiento. Incluso en zonas con climas extremos, ahora pueden
seguir contactando a sus vecinos.
Y aunque para algunos, sobre todo los adultos mayores,
supuso un reto adaptarse, en poco tiempo comenzaron a incorporar a su
vocabulario conceptos hasta entonces desconocidos, tales como “plataforma
virtual”, “compartir un link”, o “conectarse”.
Hasta los niños están haciendo su aporte. Uno de 11
años, de la ciudad de Rosario, decidió escribir con la ayuda de sus padres una
cartita con algunos pensamientos de la Biblia para dar ánimo al personal de
salud de un centro de vacunación. Este pequeño detalle tuvo un gran impacto en
los receptores y su iniciativa rápidamente fue difundida a través de las redes
sociales.
A varias personas les ha llamado la atención recibir
la llamada de un testigo de Jehová. “Me llamaron para leerme un pasaje de la Biblia. Primero me sorprendió,
pero como se presentaron y me explicaron con claridad el motivo, los escuché”,
dijo un vecino de la provincia de Jujuy.
En definitiva, para ellos, reinventarse ha dado sus
frutos. “Compartir con las personas un mensaje esperanzador ha ayudado a
muchos a recuperarse un poco, a sentir cierta tranquilidad en un tiempo de
gran desconcierto”, comentó Cardinaletti.
BIENVENIDA LA
VIRTUALIDAD
En Argentina más de 30.000 personas han iniciado un
curso gratuito de la Biblia el último año, lo que representa un 25% de
aumento con relación al año anterior. Además, reportan un aumento de un 30%
en la asistencia a sus reuniones semanales, que son transmitidas por
videoconferencia desde que comenzó la pandemia.
También han pasado al plano virtual los eventos multitudinarios
que realizan desde 1897 de forma ininterrumpida a través de todo el mundo. “La
tecnología nos ha permitido seguir con los planes de la convención anual y, al
mismo tiempo, cuidar de la salud de todos”, expresó el portavoz nacional. Al
igual que en 2020, donde más de 15 millones de personas participaron, en 2021 se
está presentando el congreso “Poderosos gracias a la fe” a hogares de
240 países en más de 500 idiomas, incluyendo la Lengua de Señas Argentina. El
programa es gratuito y ya está disponible en su sitio oficial JW.ORG.
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Datos estadísticos sobre los testigos de Jehová para el año 2021
En el mundo:
§ 8.695.808 testigos de Jehová
§ 240 países
§ 120.387 congregaciones
§ 1.034 idiomas en los que se traduce información en
jw.org, el sitio web oficial de los Testigos
§ 663 nuevos Testigos por día en promedio
En
Argentina:
§ 161.600 testigos de Jehová en Argentina
§ 1979 congregaciones
§ 7 idiomas a los que se traduce contenido [chorote,
pilagá, wichi, toba, romanés, lengua de señas argentina y quichua santiagueño]