Hablar de una ola de calor en enero no constituye una sorpresa, ya que históricamente este mes y febrero son los que presentan mayores temperaturas en Argentina.
El problema este año, y que ha sucedido varias veces también en los últimos ciclos, es que estos episodios en muchas ocasiones están ocurriendo sin que haya lluvias que los acompañen, lo que pone a los cultivos en una situación de mucho estrés, generando mermas en el potencial de rendimiento y hasta pérdidas totales.
class="inreadBox" style="box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 20px 0px 0px; font-family: Arial, sans-serif; position: relative; clear: both; font-size: 16px;"> class="banner" style="box-sizing: border-box; margin: 0px auto 20px; padding: 0px; text-align: center;">Ese riesgo ya se viene viendo en el norte de Buenos Aires y en el sur de Santa Fe, donde hace más de un mes que no llueve de manera copiosa y hay muchos lotes que presentan malas condiciones.
El temor es que el panorama podría a extenderse a otras zonas productivas, teniendo en cuenta el pronóstico para los próximos días que marca un fuerte ascenso de temperaturas con muy bajas o nulas probabilidad de precipitaciones.
Este lunes, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) puso bajo alerta amarillo por temperaturas extremas a toda la zona núcleo y la región pampeana, pero también a zonas de Cuyo y del NEA y NOA.
Puntualmente, esta previsión abarca a la totalidad de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza, a casi la totalidad de Buenos Aires y La Pampa, y a regiones de Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Jujuy, Santiago del Estero y La Rioja.
El pronóstico marca que este ascenso de temperaturas continuará en los próximos días y tendría su pico el miércoles, con valores que superarían los 40° en el centro del país.